La aventura de ser yo
Eres único. Dios te ha pensado desde toda la eternidad. Y tiene un plan para ti distinto del de los demás. Para que llegues a la meta: la gloria. Esta es la vocación que todos los cristianos hemos recibido el día de nuestro bautismo: ser santos.
"Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por él, elige a Dios una y otra vez. No te desalientes, porque tienes la fuerza del Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo en tu vida" (Papa Francisco, Gaudete et exultate)
El Señor llama, a cada uno por su camino. o se trata de que imites a los santos sino que con su ejemplo te estimulen a buscar tu propio camino, el que Dios quiere para ti.
La vocación
UN CAMINO VIRGEN QUE TIENES QUE RECORRER TÚ
Vivir tu vida tal y como Dios la desea es una auténtica aventura. El que vive siguiendo a Cristo sabe que vivirá mucho más intensa y apasionadamente que cualquier "peli" de aventuras que uno pueda ver. Por eso, vive siendo tú mismo, y no te lo pierdas.
Por tanto la vocación es un camino virgen que tienes que recorrer tú. Este camino personal de cada uno pasa la mayoría de las veces por tres estados de vida tradicionales en la Iglesia: el matrimonio, el sacerdocio y la vida consagrada. No son los únicos pues el Espíritu abre a veces caminos geniales e insospechados, pero lo habitual es que el camino pase por estas tres grandes rutas.
Para ayudarte a descubrir este camino siempre es bueno que te dejes acompañar. Si tienes dudas vocaciones o te sientes desorientado siempre es bueno que consultes con un sacerdote. Ellos suelen estar preparados para ayudarte a resolver todas esas dudas y si no, te orientarán hacia quien pueda ayudarte a resolverlas.
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